«Estamos en una situación inédita. Muchos de los chicos están encontrando trabajo. De momento son trabajos de verano»

«Estamos en una situación inédita. Muchos de los chicos están encontrando trabajo. De momento son trabajos de verano»

Por Carla Cruells, responsable de Comunicación del CFP

Perfil: Carme es Educadora Social de fines de semana en los Pisos asistidos para jóvenes de 16 a 18 años. Una profesional activa y llena de iniciativa que llena los días festivos de actividad y cultura, juntamente con sus compañeros de equipo. Este es el primer verano en que podemos realizar actividades con normalidad. Coincide con el cambio de la Ley de Estrangería que ha facilitado la inserción laboral de jóvenes. Unos meses, pues, que se plantean muy enriquecedores.

UN VERANO LLENO DE ACTIVIDAD

Habéis preparado un verano con salidas variadas. ¿Nos podrías explicar algunas de las que tenéis programadas?

¡Exacto! Este año, después de dos veranos con muchas limitaciones, hemos programado una variedad de salidas lúdicas y también culturales. Es decir, mientras disfrutan en el tiempo libre de sitios emblemáticos de nuestra tierra y sobre todo de la capital, Barcelona, también interesa que aprendan donde viven, la historia y curiosidades de nuestra casa. Tenemos un potencial histórico, político, social y educativo que podemos calificar de «únicos en el mundo».

¡Os las explico! Ya hemos ido a Isla Fantasía y el Tibidabo. A la próxima salida iremos al Parque de la Ciutadella y al zoo y, de camino, veremos el Parlamento de Cataluña. Escogimos esta actividad porque para los chicos, en general, Barcelona es Plaza Catalunya o Plaza España. Ellos te dicen «Voy a pasear a Barcelona» y todos se hacen selfies en Plaza Catalunya.

También haremos una salida al Barrio Gótico y a las fuentes musicales de Montjuïc. Les explicaré un poco de historia, que me gusta mucho. En agosto tenemos cena de hermandad aquí en el puerto, vendrán los jóvenes de todos los pisos que gestionamos. Y otro día iremos al Parque Güell. Entre estas y las de entre semana pueden estar contentos, eh!

Es importante decir que todo esto sale de los ahorros que hacemos en las compras de cada semana e, incluso, podemos invitar a los chicos de otros pisos de la entidad.

¿Cómo vivisteis los veranos anteriores, marcados por la crisis sanitaria y la reducción de la actividad?

Bien…Aprovechamos para hacer cosas que normalmente no puedes hacer porque, lógicamente, todo el mundo hace la suya en sus horas libres. Por ejemplo, jugaban a juegos o bien hacían alfabetización. Yo los findes de semana invito a hacer alfabetización a los jóvenes que veo que les cuesta mucho escribir y/o leer. Considero que es el trabajo que tiene que hacer un Educador Social. Estamos por educar y educar es esto, dentro y fuera de casa.

Algunos chicos pasaron momentos complicados. Por ejemplo, J. estuvo todo el verano confinado, esta situación le estaba afectando personalmente. Finalmente como seguía dando positivo le hicieron las pruebas aquellas que determinaban el riesgo que había de que pudiese contagiar y pudo salir.

También nos encontramos con que, en una noche, pasamos de uno a seis positivos. Por más que cumpliésemos las normas higiénicas….Cosas nos pasaron pero las superamos bien. Y, el hecho de estar juntos, de ayudarse los unos a los otros, de compartir la preocupación hizo que hiciesen piña y cambiasen el chip. Pasaron de la negatividad a ponerse la vacuna en ver que, si todos poníamos de nuestra parte, sería más fácil de pasar. Como compensación, antes de Navidad, fuimos a Port Aventura, y así se quitaron el gusto amargo que les habían dejado las reducciones de actividades en verano.

¿Hacéis siempre las actividades en grupo y con el quipo educativo o tienen espacios en los que van solos?

Tienen ratos libres cada fin de semana pero a las actividades siempre tienen que ir acompañados porque son menores. También invitamos a participar a los que ya son mayores de edad y viven en otros pisos de la entidad, ellos podrían ir solos pero siempre quieren venir con nosotros. La verdad es que los lazos que hemos creado durante el tiempo que han estado con nosotros hacen que quieran estar debajo de la capa de las educadoras el máximo tiempo posible. A mí me llena de orgullo cuando veo que nos vienen a ver y que están deseando que los contactemos para volver a estar juntos…Imagino que alguna cosa habremos hecho bien.

EL CAMBIO EN LA LEY DE ESTRANJERÍA Y LA INSERCIÓN LABORAL DE JÓVENES

Hace pocos meses que ha entrado en vigor la reforma de la Ley de Extranjería que facilita, entre otras cosas, que los jóvenes recién llegados puedan trabajar. ¿Han mejorado las inserciones laborales?

Sí, ¡Y tanto! Estamos en una situación inédita. Muchos de los chicos están encontrando trabajo. De momento son trabajos de verano (camareros de chiringuito, ayudantes de cocina, limpieza de pisos turísticos…). Son trabajos precarios, pues se hace difícil continuar de cara a invierno, pero no imposible. Todo esto les sirve de experiencia para su futuro. Al fin y al cabo, la obsesión que tienen estos chicos sobre todo los subsaharianos es que quieren trabajar.

¿Cómo valoras este cambio de ley?

Creo que ya era hora que el gobierno se diese cuenta que todas las oportunidades que se les dan (vivienda, formación…) no tenían ningún sentido si no podían trabajar. Considero que la inversión que hemos hecho con ellos y que pagamos todos de alguna forma se tenía que recuperar. Ahora se devuelve a través de los impuestos que pagan, como todos los españoles, cuando tienen una nómina. De esta manera, ellos se pueden realizar personalmente y consiguen su objetivo que es trabajar y ser autónomos. Ellos consiguen si hito y el país recupera lo que ha invertido.

¿Crees que va vinculado con la falta de personal en la restauración y que vivimos en una comarca turística que hayan encontrado trabajo?

Sí! Ahora todos están muy contentos porque van encontrando trabajitos. Lo que pasa es que la prioridad de los chicos es trabajar y siempre les decimos que tienen que tener el idioma y formación y estar adaptados aquí. Si no, solo pueden tener este tipo de trabajos.

¿Nos podrías explicar algún caso de joven que haya accedido a algún otro tipo de trabajo?

Sí, los que ya llevan tiempo aquí se pueden dedicar a muchas otras cosas. Por ejemplo, tenemos dos hermanas marroquinas, que son muy majas y estudiosas. Tienen un afán de superación increíble. Ellas han trabajado en Zara, una incluso hizo prácticas en Italia. Ya están en otro ámbito, muy de cara al público. También es verdad que todavía tienen algunos aspectos relacionados con la religión que hacen que no puedan hacer algunas tareas de cara al público, como pasó en un chiringuito donde justamente empezó a trabajar la noche de San Juan y dijo que no quería trabajar en bares nunca más. Ahora volverá a trabajar en una tienda de Inditext.

¿Cómo viven haber encontrado trabajo?

Como cuando están en Plaza Cataluña y envían la foto a la familia. ¡Muy  bien! (ríe). Hasta ahora era muy complicado y decepcionante: venga hacer cursos, venga apuntarse aquí y allí. El gobierno se esforzaba mucho para darles capacidad pero no la podían desarrollar porque no tenían la opción de ponerla en práctica.

Es importante decir que, al principio, están muy contentos con lo que encuentran y, a medida que pasan los días, se dan cuenta que las cosas no son tan fáciles como se pensaban. Lo mismo que sufrimos los españoles.

ACOMPAÑAR A JÓVENES QUE ESTÁN LEJOS DE CASA EN DÍAS FESTIVOS

Los chicos y chicas de pisos están lejos de su familia y el equipo educativo los acompañáis emocionalmente a fin de que se sientan acogidos. ¿Cómo explicarías vuestro trabajo desde este punto de vista más personal?

Aquí quieras o no somos su familia. Somos su único referente cuando tienen un problema o preocupación. Yo por la edad quizás o por mi carácter soy como una mamá. No tengo ninguna obligación de hacerlo pero, implicarse más o menos, sale de uno mismo.

Hay chicos que lo han pasado muy mal. Por ejemplo, tenemos uno que, cuando nació, su madre murió…Y me decía «¡Carme, necesito un abrazo!» Y venga…va…Y ya está. Nadie los abraza a estos chicos. Les damos un mano teórica, de acompañamiento pero una mano cálida cuando has pasado una mala noche…

Yo, por ejemplo, los fines de semana los voy a ver a fútbol, rugby, música…Al no tener los padres presentes deseaban que alguien les acompañase en estos momentos «especiales» para ellos. El hecho de sentir que alguien aplaude este gol o esta nota musical, para ellos representa mucho.

¿Y cuando se van perdéis el contacto?

Hay algunos a los que no vemos nunca más, pero otros te piden que les invites si haces alguna cosa. ¡ Y así lo hacemos!

Ellos están deseando estar solos para hacer la suya y tener más libertad pero después…Por ejemplo, uno nos vino a ver el día después de irse del piso y se pasó cuatro horas aquí hablando. Las primeras 24 horas ya se empezaba a encontrar solo. A día de hoy todavía me llama preguntando cómo hacer algunas comidas y cosas así.

¿Cómo viven los días más festivos, como puede ser la Navidad o bien cuando han encontrado trabajo y lo celebran, teniendo lejos a su familia?

Como todos los que tenemos ahora son musulmanes menos uno, hay dos días al año que celebran: la fiesta del cordero, que fue hace poco, y el Ramadán. Estos días sí que echan de menos a la familia, sobre todo a la del cordero porque se suelen reunir todos. Nosotros lo celebramos aquí con el resto de compañeros.

También les hacemos vivir la Navidad. Decoramos la mesa, les hacemos un regalito, salen un rato, hacemos la comida tradicional de aquí e, incluso, me visto de Papá Noel… Como hacemos sus fiestas tradicionales también hacemos las nuestra para quien quiera participar. En pleno confinamiento hicimos talleres para Sant Jordi y comidas típicas de Semana Santa, por ejemplo. Yo también he aprendido cosas como cocinar comidas marroquinas y subsaharianas, he participado a cursos para entender el mensaje del Islam…A mí todo esto también me ha enriquecido. Por lo tanto, se ha producido un intercambio muy interesante de culturas y religiones muy distintas que a todos nos han beneficiado.