«Todo el trabajo de la sociedad para dignificar la posición del paciente se tiene que basar en ponerlos, de nuevo, en una posición activa, de retorno»

«Todo el trabajo de la sociedad para dignificar la posición del paciente se tiene que basar en ponerlos, de nuevo, en una posición activa, de retorno»

Por Carla Cruells, responsable de Comunicación del CFP

Perfil: Laura Gómez es Psicóloga Sanitaria y Jefa del SRC Burriac desde su inicio. Este mes ha hecho dos décadas que se inauguró el recurso. Laura ha querido compartir el trabajo de tantos años en el artículo “20 años del SRC Burriac, 20 años de trabajo comunitario en Premià de Mar”

 

Atención a personas con una problemática de Salud mental

20 años dan para mucho. A grandes rasgos, ¿Cómo ha cambiado la atención durante estas dos décadas?

Para mí el cambio más sustancial ha sido el cambio de Centro de Día a Servicio de Rehabilitación Comunitaria. Antes, en Mataró, donde yo empecé, el trabajo que hacíamos en aquel momento era muy distinto al que hacemos actualmente en los SRC. La filosofía era otra. La vinculación de los pacientes era de por vida y, como profesional, procurabas que viniesen el máximo de horas a la semana. Los perfiles eran muy distintos de los que atendemos actualmente: eran personas con sintomatología mucho más grave, el problema de salud mental que tenían, invadía toda su  vida. Ahora muchos pacientes que atendemos o viven solos o en pareja, algunos tienen hijos. Además, han tenido una vida laboral y formativa, algunos han estado trabajando a un gran nivel. Esto crea una diferencia sustancial. Los síntomas están pero no están invadiendo de manera tan brutal que se hace difícil que el paciente pueda trabajar tantos aspectos de su vida como ahora.

¿El cambio de vuestro trabajo es por un cambio de criterio del perfil de paciente que accede al recurso?

El cambio de Centro de Día a Servicio de Rehabilitación Comunitaria pasaba por una serie de cosas. Entre ellas, el trabajo de todo el tema comunitario y la entrada de perfiles distintos de pacientes. Para que te hagas una idea, a efectos prácticos, en aquél momento llevaba siete o ocho pacientes y ahora, como Coordinadora del recurso, que tendría que llevar la mitad, llevo 19. Es una diferencia abismal. Además, antes en las actividades teníamos que estar dos personas porque, en cualquier momento, alguien se ponía mal.

Cuando abrimos en Premià ya teníamos el encargo de que fuera el Servicio de Rehabilitación Comunitaria. La gente lo entiende más como Centro de Día de salud mental, cuesta mucho este tema. Lo que diferencia el SRC de un Centro de Día, entre otras cosas, es que no puedes tener lista de espera, todas las personas que encajen con el criterio, tienen que ser atendidas y, a parte, el enfoque comunitario. Aquí tuvimos que contactar con muchas asociaciones…Creamos Alterarte, el programa de Ràdio Bricuratodo esto empezó aquí en Premià.

Lo que implica es dejar de estar tan impregnados de patología. El hecho de que un paciente te diga «Yo soy esquizofrénico» es como que lo considera toda su esencia…no sale de aquí. Se cierra a las posibilidades de hacer nada más con el soy. Es distinto de decir «tengo esquizofrenia». Entonces es un trabajo para hacer salir a los pacientes de la zona de confort y hacerles entender, a ellos y a la sociedad, que tienen capacidades. Algunas nuevas que han aparecido a raíz de la enfermedad. Por ejemplo, hay gente que quizás hacía treinta años que no tocaba un color o un pincel y vuelve a pintar. En el momento que les damos el lugar de artista, de locutor…los estamos poniendo dentro de la sociedad en un papel diferente. Y ya si, encima, el rol es de voluntarios, están devolviendo a la sociedad lo que reciben, por otro lado.

De este tema también hablabas en el artículo…Ellos reciben como personas de la sociedad y, por lo tanto, dan con voluntariados. ¿Esta es una idea que trabajáis mucho?

Sí, sí es una idea nuestra. El problema es que cuando tu te quedas parado con 30 o 40 años, es decir, en plena vida laboral, claro…Te sientes mal, como en deuda. Te están pagando la pensión, no trabajas…sientes que estás a parte de la sociedad. Por eso todo el trabajo de la sociedad por dignificar la posición del paciente se tiene que basar en ponerlos, de nuevo, en una posición activa, de retorno y otra vez dentro del circuito social, que es nuestra idea final. Porque…no nos engañemos, a nivel laboral es posible, pero no es fácil, volver a inserir a los pacientes.

Claro… no es fácil encontrar trabajo…

Y tampoco es fácil después de 8 años volver a trabajar. Con lo cual…si esta sociedad funcionase bien lo que haría es, sabes que…Yo te pagaré esta pensión pero tu tienes que trabajar en este Centro Especial de Trabajo y esto no se acaba de entender en este país. Es un problema. Pero claro para poder hacer esto tendríamos que tener un trabajo de la especialidad de cada paciente y esto no es posible. Es complicado pero pienso que tendría que ir por aquí todo este tema, la gente estaría mejor y la sociedad también.

 

Inclusión comunitaria

El Servicio de Rehabilitación Comunitaria trabaja, entre otras cosas, para conseguir que las personas atendidas se incluyan en la comunidad. ¿Cómo explicarías esta inclusión?

Hay muchas maneras de incluirse en la sociedad y será en función de los deseos y de las necesidades de cada uno. A veces la inclusión es simplemente dar una alta porque aquella persona tiene ocupado más o menos su día a día. Por ejemplo, va a inglés dos días, a bailes en línea dos días más…Esto es lo básico. Después hay personas que inician un macro proyecto vital como puede ser, yo que sé…hacer unos estudios reglados, convertirse en una activista de Activament…Entonces, la inclusión sería tener un hábito dentro de la sociedad y ya si es hacer voluntariado…¡Es la pera! Se trata de buscar un poco el proyecto de cada uno para poderlo encaminar hacia el alta. 

¿Podrías compartir un caso que te haya sorprendido?

Para mí los pacientes que realmente están rehabilitados comunitariamente son aquellos que se fueron y nunca volvieron. Recuerdo un chico super joven, que llegó muy mal. Se fue poniendo bien, recuperó el trabajo…y la última noticia que tuve es que se casaría. Él es de los pacientes que, de vez en cuando, nos venían a ver y no supe nada más.

¿Normalmente tenéis más noticias?

Sí porque, aunque tu no tengas un paciente, en las reuniones de circuito vas escuchando hablar de él, pues los pacientes se van moviendo por los recursos. Por ejemplo, ahora están en el SRC, después van al Prelaboral, después a un CET…es un circuito.

La realidad es que, con los años, los pacientes se van pacificando. Cada vez están más tranquilos, se conocen más, son capaces de avanzarse a las crisis porque empiezan a salir síntomas que los alertan, se van al psiquiatra…Saben utilizar los recursos que tienen.

 

El futuro

¿Qué retos de futuro plantea la atención a personas con una problemática de salud mental?

Primero de todo, el tema telemático. Desde mi punto de vista no es la manera de atender a las personas pero, evidentemente, si nos volviese a pasar lo mismo, tenemos que preparar a los pacientes. Durante el confinamiento fue muy angustiante tener que prepararlos en la distancia. La realidad es que, hoy en día, si no tienes smartphone y no sabes apañártelas mínimamente estás fuera de la sociedad, volvemos a lo mismo…Por suerte, casi el 90% de los pacientes tienen. Es uno de los retos, no tanto para atenderlos, sinó por inclusión social y porque abre la posibilidad de hacer algún tipo de relación social en caso de que quedemos parados.

Después seguir trabajando al máximo los voluntariadosla inserción comunitaria en Premià…Esto es todo un trabajo de lucha contra el estigma en salud mental. La gente te dice cosas como: «Parecen muy educados» y pienso..:»¿Qué esperaban?». La gente no lo conoce. En general siempre hemos tenido un recibimiento muy bueno. Y, cuando no, curiosamente ha sido alguna persona que había tenido una mala experiencia con alguna persona con problemas de salud mental, muchas veces familiares. Ahora lo que estamos haciendo es crear nosotros los voluntariados, pues no encontrábamos. Por ejemplo, hemos creado un punto de recogida de tapones de plástico. Somos creadores, y esto también es un cambio muy importante.

También seguir trabajando muy a fondo toda la relación con el Ayuntamiento de Premià, que nos ayudan muchísimo, más fácil no nos lo pueden poner. Y ya no hablo de las Regidoras, sinó de la Técnica de Salud, Anna Franquesa.

Con un recorrido de 20 años en el recurso: qué opinas sobre la evolución de la estigmatización del colectivo. ¿Dónde estamos y hacia donde crees que vamos?

Me resulta muy emocionante sentir a estas personas como hablan de su historia y, a veces, después de tantos años, me sorprenden con cosas que me abren los ojos. Por ejemplo, ahora hace poco he hecho un curso de en primera persona, de una mujer que hace cursos para quien la quiera escuchar. El viernes pasado fui a una jornada de Fundació del Congrés Català de la Salut Mental que hablaba de los derechos de los pacientes en ingreso no voluntario. Ahora ha cambiado esta ley de salud mental, pero en el tema de los ingresos involuntarios no se ponen de acuerdo y no han hecho ningún cambio. A mi me parece genial que los pacientes se unan para luchar por sus derechos. Esto es una de las cosas de futuro, me encantaría que se hiciese una sede en el servicio de una asociación de pacientes que quieran ser activistas, que estén pensando y decidiendo como pueden trabajar para conseguir mejorar sus derechos. Hay mucha gente muy tocada con todo esto. Imagínate que te ingresan y tu no puedes decidir nada sobre tu tratamiento. Todavía no se entiende que un paciente tiene que tener derechos, se trata de escuchar un poco, simplemente. El problema de la salud mental aquí es que está muy medicalizada…Están saliendo muchos grupos de autoauyuda o movimientos donde se escucha al paciente y no se lo medicaliza si no quiere en Europa…y otras similares. Todo esto es algo que está empuchando por un lado pero, por el otro, lo que hay es no poner el paciente en el lugar de un sujeto con derecho a decidir, a hablar, a delirar y alucinar también, porque tienen derecho.